El Dragón Belaín esperará hasta 2022 para encender las hogueras de San Ramón

El Dragón Belaín esperará hasta 2022 para encender las hogueras de San Ramón

El día 21 de junio celebramos en Barbastro la festividad de San Ramón, patrón de la ciudad. La fiesta comienza siempre la víspera de la fecha señalada con el encendido de la hoguera de la ermita de San Ramón, que ejerce de pistoletazo de salida para el resto de hogueras de Barbastro. Cada barrio se encarga de preparar su propia hoguera que competirá en belleza y espectacularidad con el resto, pero cuya misión principal es reunir a las distintas generaciones de vecinos alrededor del fuego de la primera noche de verano.

Quien se encarga de prender fuego a la primera hoguera, es el famoso dragón Belaín. Es un gran amigo de la infancia de cualquier barbastrense, ya que dice la tradición que cuando los niños y niñas de Barbastro quieren dejar de ser bebés, deben entregarle su chupete al dragón. Y así, con esos chupetes colgando de sus fauces comienzan nuestras peculiares fiestas menores.

Por todos es conocida la tradición de celebrar el solsticio de verano y en muchos lugares retrasándose incluso un par de días hasta la famosa noche de San Juan; aquí nos ajustamos un poco más al calendario solar, pero iniciamos la fiesta de la misma manera: con fuego. El origen de encender hogueras como ritual en la cultura mediterránea es incierto, pero se dice que su motivo era el de “dar más fuerza al sol”, puesto que, a partir de entonces, disminuirá sus horas de luz en el hemisferio norte. Para Barbastro, es una fecha que marca el fin del calendario escolar en el imaginario colectivo. Las citas deportivas que se celebran dentro de las fiestas de san Ramón serán para muchos deportistas sus últimas jornadas antes de la pretemporada del curso siguiente. Por eso, estas fiestas se cogen con muchas ganas; es el comienzo de las vacaciones de verano.

Desafortunadamente llevamos ya dos años en los que no se han podido realizar las hogueras por motivos de seguridad sanitaria, aunque todo barbastrense recuerda esta noche de forma muy especial. Muchos nos han contado que tienen recuerdos relacionados con el amor. No son pocas las parejas que se dan el sí quiero, o que comienzan una relación esta noche mágica del 20 de junio. Y es que sabemos que se realizan hasta rituales para atraer el amor alrededor de estas hogueras.

La relación con el fuego tiene un papel muy importante a lo largo de toda la evolución de la humanidad: nos permitió cocinar, calentarnos, ahuyentar a las bestias, y, en definitiva, progresar. Ahora en la actualidad ha perdurado como acto social. Conservamos de esta actividad ancestral las reuniones alrededor de las llamas cocinando algo de comida para disfrutarla entre los asistentes, y disfrutamos de momentos de charlas entre generaciones, de reunión de la tribu y de compartir con los demás. Quizás por eso nos gusta tanto esta noche a los barbastrenses, porque es una tradición que no se ha perdido en milenios de evolución. Tras la noche mágica de las hogueras, nos espera un día festivo.

Los actos inamovibles año tras año, comienzan por la mañana con una ronda por los barrios de la ciudad. Al terminar, se celebra en la Catedral una misa en honor al santo, fallecido el 21 de junio de 1126, y que es patrón de la ciudad desde 1595 y de la diócesis Barbastro-Monzón desde 1842. Por la tarde, representación de una obra de La Melinguera Teatro, que ha convertido en tradición estrenar la obra que representarán a lo largo del verano allá donde los llamen.

El resto de actos se reparten entre los días festivos, generalmente el fin de semana más cercano al 21, con actos deportivos como el Open de Natación Artística, las finales de la liga de Baloncesto, el torneo de voleibol o la gala de Gimnasia Rítmica, y los festivales de final de curso de música y danza que llevan a cabo prácticamente todas las escuelas folclóricas. A estos actos, se le sumará algún espectáculo de calibre nacional para redondear estos días de cultura y deporte en un ambiente familiar. Y es que, si algo caracteriza a estas fiestas pequeñas de Barbastro, es la unión de las familias y amigos por última vez antes de las vacaciones de verano, justo antes de quedar desperdigados en función de los destinos de cada uno.

Afortunadamente, nos quedarán las fiestas mayores en septiembre, para retomar el contacto y celebrar de nuevo juntos el final del verano.