En Barbastro, Capital del Somontano, el turismo religioso está en auge. Los visitantes interesados en este tipo de viajes podrán recorrer los principales templos dedicados a la religión de tradición católica que atesora la ciudad, como la bellísima Catedral, el Museo Diocesano Barbastro-Monzón, la Iglesia de San Francisco o el Museo de los Mártires Claretianos, entre muchos otros. O presenciar la celebración de la Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico Nacional, así como realizar distintas rutas ya programadas.
Catedral, Iglesias y Monasterio
Catedral de Barbastro
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción es el templo más importante de la ciudad de Barbastro y uno de los edificios religiosos más bellos de Aragón. El solar donde hoy está la Catedral es un lugar sagrado desde al menos el siglo X, ya que aquí se encontraba la mezquita aljama, que fue consagrada como iglesia por el primer obispo de Barbastro, San Poncio, tras la conquista de la ciudad por un ejército cristiano a las órdenes de Pedro I en el año 1101.
El retablo mayor dedicado a la Asunción de la Virgen es en parte obra de Damián Forment, el mejor maestro escultor que hubo en la Corona de Aragón en el siglo XVI. A ambos lados del altar mayor se levantan otros dos retablos, uno dedicado a San Ramón, obispo de Barbastro, y otro a San Pedro Apóstol. Nuevas capillas enriquecieron el templo a partir del siglo XVII. De todas ellas destacan las dos abiertas a los pies: la del Cristo de los Milagros, santo de gran devoción para los barbastrenses, y la antigua capilla de San Carlos Borromeo. En esta última yace el cuerpo incorrupto del obispo florentino Asensio Barroso, asesinado durante la Guerra Civil Española.
Capilla de Santa Ana
Aunque esta pequeña capilla pública en el pasado perteneció a la antigua Cofradía de Santa Ana. Hoy cuidan de ella los comerciantes de la plaza del Mercado y de las calles Argensola y Romero.
Ermita de San Ramón
Situada en el Camino San Ramón, la ermita actual es una construcción de medianas dimensiones que además del templo, ha añadido un edificio-residencia usado como casa de ejercicios y residencia escolar, propiedad del obispado. Esta ermita ocupa el lugar de la primitiva ermita de San Ramón, construida en el siglo XVI, y que en los años 40 fue reemplaza por la actual al hallarse en estado ruinoso.
Iglesia de los Escolapios
La Iglesia de los Escolapios, de tipología jesuítica, tiene planta de cruz latina, cúpula sobre crucero y una nave longitudinal de gran altura a la que abren capillas, sobre las que se sitúan las tribunas. Capiteles, pilastras adosadas, molduras y cornisas, remiten al lenguaje decorativo del barroco más clasicista. Su interior contiene pinturas del artista barbastrense Francisco Zueras.
Iglesia de las Madres Capuchinas
Se encuentra en la parte alta de la ciudad, en el barrio del Entremuro. En las Crónicas del Convento de las madres Capuchinas se indica que “el lugar, el más alto de la ciudad, lo tuvieron que allanar por sus elevadas peñas y montes”. La primera piedra de la iglesia se colocó el 21 de agosto 1728 y se dedicó al Dulcísimo Nombre de Jesús. Dos hermanas del General Ricardos quedaron recluidas en el convento, Antonia Clara, que ingresó el 24 de junio de 1730 con veinticinco meses de edad y sobrevivió pocos años, y Antonia Inés, que tenía seis meses e ingresó el 10 de noviembre de 1732, una vez concluida la lactancia, y llegó a ser abadesa en varias ocasiones.
Iglesia de los Padres Misioneros
Todavía en vida del fundador, San Antonio María Claret, en 1869 fue instituida en Barbastro la Casa de Misioneros Claretianos. Aquí se iba a construir la primera iglesia de España dedicada al Corazón de María. Situada en Calle Joaquín Costa, está fechada en 1888 y es también obra de ladrillo, sencilla, aunque su fachada presenta cierta plasticidad por el uso de pilastras y una imposta que la divide en dos cuerpos; está rematada con un frontón triangular flanqueado por dos espadañas. El interior de concepción clasicista, presenta una nave con tribunas sobre las capillas laterales que se prolongan en el crucero y presbiterio.
Iglesia de San Francisco
En el siglo XIII se instala en Barbastro la orden franciscana. La iglesia de San Francisco de Barbastro es, junto al recinto del claustro, actual Plaza de San Antón, el único vestigio que resta del desaparecido monasterio que aquí se ubicaba. Entre los siglos XVI y XVII y en dos fases sucesivas el espacio interior de la iglesia medieval se transformó. En ambos lados se abren dos capillas, una de finales del XVI y otra del XVII, con interesantes motivos mudéjar en su decoración. La primera abre en el lado derecho y se conoce como de los Claramún por haber servido de enterramiento a esta familia. Fue decorada a principios del siglo XVII por Rafael Pertús, pintor renacentista zaragozano. La decoración mural se completó con un bonito zócalo de azulejos probablemente salidos de los alfares de Muel (Zaragoza).
Por una escalera se desciende a la cripta abovedada. Allí hay un banco corrido a lo largo de todo su perímetro. En este banco se colocaban los cuerpos de los difuntos; los muros de la cripta servían de respaldo a los cadáveres. Cerca de la cabecera se abre una pequeña capilla cubierta con bóvedas de crucería estrellada de hermoso trazado dedicada a Ceferino Giménez Malla “el Pelé”, gitano tratante de mulas beatificado en 1997 por Juan Pablo II. La escultura del beato es obra del artista Juan de Ávalos.
Iglesia de San Josemaría
Templo de nueva construcción y finalizado en el año 2001. Es el primero dedicado en España al santo natural de Barbastro y fundador del Opus Dei San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Monasterio de El Pueyo
El singular Monasterio de El Pueyo con sus bellas vistas panorámicas es un lugar lleno de historia antigua y tradición. Tiene sus orígenes en el año 1101, cuando sirvió de puesto avanzado a Pedro I de Aragón para la reconquista de Huesca. Además de antiguas leyendas, como la del Pastor Balandrán, el visitante podrá admirar su acogedor santuario gótico presidido por una talla de la Virgen que es en realidad una réplica exacta de la original del siglo XV, desaparecida durante la Guerra Civil.
Desde el año 2009, el Monasterio es el hogar de los monjes del Instituto del Verbo Encarnado. Y además sigue siendo el destino de populares romerías de los habitantes del Somontano cada Lunes de Pascua, quienes sienten por El Pueyo un profundo arraigo religioso.
Museos
Museo Diocesano Barbastro-Monzón
El Museo protege, conserva y difunde el patrimonio diocesano; sus puertas permiten al visitante adentrarse en pequeñas localidades, quizás desconocidas para él, y en la mayoría de las ocasiones a un patrimonio que de otra manera sería inaccesible. A través de sus tres plantas se puede hacer un recorrido por los últimos 1.000 años del arte occidental. Los grandes estilos de la Historia del Arte: Románico, Gótico, Renacimiento y Barroco, son protagonistas de diferentes manifestaciones artísticas que exhibe, todas ellas cargadas de simbolismo: pintura, escultura, orfebrería, tejidos, documentos gráficos…
Museo de los Mártires Claretianos
Una de las visitas más impactantes que ofrece la capital del Somontano es la del Museo de los Mártires Claretianos, dedicado a los 51 Misioneros Beatos Claretianos de Barbastro, todos ellos fusilados en los inicios de la Guerra Civil. En la cripta de la capilla se encuentran los restos de los jóvenes mártires además de algunos de sus efectos personales.
Junto a este museo se halla el Museo Claretiano, compuesto por dos salas dedicadas a San Antonio María Claret y a la actividad misionera de la congregación claretiana.
Ruta de San Josemaría
Otra forma de conocer la riqueza histórica, el patrimonio y la cultura de Barbastro, es a través de la ruta de San Josemaría Escrivá de Balaguer, hijo predilecto de la ciudad. Al mismo tiempo, podrás conocer los aspectos más interesantes de los primeros años de la vida del santo barbastrense, quien nació y pasó su infancia en estas tierras del Somontano. Existen dos modalidades de ruta, una autoguiada y otra guiada, ambas adecuadas para todos los públicos. Una visita a través de los ojos del Santo.
Pulsera turística
Los visitantes interesados por el turismo religioso podrán conocer los principales atractivos que tiene Barbastro con una ‘Pulsera Turística’ que por el precio de 8 euros permitirá ver seis lugares de interés como son la Catedral de la Asunción, la Torre, el Palacio Episcopal-Museo Diocesano, la iglesia y convento de las Capuchinas, la iglesia de San Francisco y la iglesia y Museo de los Mártires Claretianos.
Semana Santa de Barbastro
Hay una semana al año en la que Barbastro late al ritmo que imponen los tambores y las cornetas. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2016, la Semana Santa es una celebración de profundo arraigo entre los habitantes de Barbastro, a la vez que un gran acontecimiento turístico, que llama la atención de multitud de visitantes.
Siete cofradías perfectamente uniformadas y con su propia banda de música salen en procesión a lo largo de toda una semana llena de recogimiento y fervor. Complementario al programa de Semana Santa, el visitante puede disfrutar de la Ruta del Cofrade, disponible durante todo el año, donde se muestra un recorrido por el patrimonio de la ciudad donde se albergan los pasos procesionales.
En la redolada
Santuario de Torreciudad
Torreciudad, santuario mariano abierto a todo el mundo, se encuentra a 24 km. de Barbastro, un lugar en el que, desde el siglo XI, los cristianos han venerado a Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad.
El Santuario y sus edificios anexos son obra del arquitecto Heliodoro Dols. Destaca por la variedad de formas que logra crear con un material básico: el ladrillo. Es una obra de arte que interpreta de un modo creativo los elementos constructivos tradicionales en Aragón. Además, el entorno es de un gran atractivo natural, se conserva una torre de vigilancia de la época árabe que da nombre al conjunto: turris civitatis, torre-de-la-ciudad. Junto a ella se alza sobre unos riscos la antigua ermita, construida sobre los vestigios medievales.
Ruta Mariana
La Ruta Mariana es un viaje que mezcla cultura y devoción, arte y espiritualidad, naturaleza y recogimiento. El Pilar, Torreciudad, Montserrat, Lourdes y Meritxell, cinco santuarios hermanos que ofrecen al peregrino y al viajero una forma diferente de viajar, regalándoles conjuntos artísticos y monumentales únicos. De ahí que esta ruta sea visitada tanto por creyentes como por amantes del patrimonio.
Catedral de Roda de Isábena
La Catedral de Roda de Isábena ha sido testimonio de la larga trayectoria histórica de este emblemático lugar de Ribagorza. El obispo Sisebuto consagró la iglesia en el año 819. Tras la destrucción de la primitiva Catedral por parte de Abd-al-Malik, hijo de Almanzor, en agosto de 1006, los ribagorzanos decidieron construir una nueva en 1017, encomendando las obras a un equipo de maestros lombardos. Cuando apenas el templo comenzaba a hacerse visible, sus constructores se vieron reemplazados por un equipo de maestros navarros que continuaron los trabajos según normas distintas. Tras la conquista de Barbastro en 1100, la Sede Episcopal se traslada a la ciudad del Vero. A partir de ese momento pasó a denominarse unas veces Roda-Barbastro y otras Barbastro-Roda. Más tarde Ramón Berenguer IV, príncipe de Aragón y conde de Barcelona, trasladó la Sede Episcopal a Lérida, tras ser conquistada esta ciudad a los musulmanes en 1149, perdiendo así Roda y Barbastro la condición de sedes episcopales.
Monasterio de Obarra
El Monasterio de Santa María de Obarra está situado a orillas del río Isábena, muy próximo a la Catedral de Roda de Isábena. Este monasterio se compone de la iglesia de Santa María, la pequeña iglesia de San Pablo, un puente medieval reconstruido tras la riada de 1963 sobre el río Isábena y el palacio abacial. El monasterio fue el eje espiritual y también panteón de la casa condal ribagorzana, ya que allí se enterró el conde Bernardo Unifredo de Ribagorza y su esposa Toda Galíndez, de la casa condal de Aragón. Durante la Guerra Civil Española, el retablo mayor que presidía el presbiterio fue quemado y la única tabla que se conserva de este conjunto es la tabla de san Pablo, que se puede contemplar en el Museo Diocesano Barbastro-Monzón.
